Introducción
La endometriosis es una afección médica que afecta a millones de mujeres en todo el mundo, causando dolor crónico, infertilidad y una variedad de otros síntomas que pueden mermar la calidad de vida. Aunque los tratamientos médicos son esenciales, la nutrición desempeña un papel clave en el tratamiento de esta enfermedad. En este artículo, exploraremos cómo determinados alimentos pueden ayudar a reducir la inflamación, equilibrar las hormonas y aliviar algunos de los síntomas más frecuentes asociados a la endometriosis. Si padeces esta enfermedad, una dieta adecuada puede ser una poderosa herramienta para mejorar tu bienestar general y tu salud reproductiva.

¿Qué es la endometriosis?
La endometriosis es una patología crónica, inflamatoria y hormono-dependiente en
la que se desarrollan tejidos endometriales y similares fuera del útero.
La endometriosis no sólo afecta al aparato reproductor femenino, sino que puede
comprometer varios órganos y sistemas debido a la migración del tejido endometrial
fuera de su ubicación normal.
Los órganos más afectados por la endometriosis son los siguientes:
Órganos reproductores :
- Ovarios → Pueden causar quistes llamados endometriomas.
- Trompas de Falopio → Pueden causar obstrucciones que afecten a la fertilidad.
- Útero → En algunos casos, puede coexistir con la adenomiosis (cuando se desarrolla tejido endometrial dentro del músculo uterino).
Aparato digestivo :
- Intestino (colon y recto) → Puede causar síntomas como estreñimiento, diarrea, hinchazón y dolor al defecar.
- Apéndice → Puede causar síntomas similares a la apendicitis.
Sistema urinario :
- Vejiga → Puede causar síntomas como micción frecuente, dolor al orinar y, en casos avanzados, sangre en la orina.
- Uréteres → Pueden provocar obstrucciones que afecten a la función renal
Órganos menos frecuentes pero posibles:
- Pulmones (endometriosis torácica) → Puede causar dolor torácico o colapso pulmonar durante la menstruación.
- Diafragma → Puede causar dolor en la parte superior del abdomen y en los hombros.
- Sistema nervioso → En casos raros, puede afectar a los nervios, causando debilidad en las piernas o dolor neuropático.
Se calcula que una de cada diez mujeres puede padecer endometriosis, aunque las cifras reales son imprecisas debido a la dificultad y el retraso del diagnóstico. De hecho, el tiempo medio que se tarda en obtener un diagnóstico puede variar entre 7 y 10 años.
La causa exacta de la endometriosis sigue siendo desconocida, pero se han planteado varias hipótesis, que no trataremos en este artículo.
Lo que sí sabemos es que hay ciertos factores de riesgo que pueden acelerar o aumentar el riesgo de desarrollar endometriosis:
- No haber tenido hijos.
- Pubertad precoz
- Menopausia tardía.
- Ciclos menstruales cortos (< 27 días).
- Menstruaciones abundantes (> 7 días).
- Niveles elevados de estrógenos o mayor exposición a ellos a lo largo de la vida.
- Índice de masa corporal bajo.
- Antecedentes familiares.
- Obstrucción del flujo menstrual debido a enfermedades o afecciones del aparato reproductor
Actualmente no existe cura, por lo que el objetivo terapéutico se centra en mejorar los síntomas para garantizar una mejor calidad de vida a las mujeres que la padecen.
Síntomas
Uno de los mayores retos en el diagnóstico de esta enfermedad es la gran variabilidad de síntomas entre pacientes, que puede complicar la detección precoz. Además, la intensidad o el grado de estos síntomas no son buenos indicadores de la extensión o gravedad de la endometriosis. Incluso puede haber casos de endometriosis asintomática.
Los principales síntomas identificados son los siguientes
Dolor :
- Dolor pélvico crónico, que puede empeorar durante la menstruación.
- Dismenorrea intensa (dolor menstrual intenso).
- Dolor durante o después del coito (dispareunia).
- Dolor al defecar u orinar, sobre todo durante la menstruación.
Trastornos menstruales :
- Menstruaciones abundantes (menorragia).
- Sangrado irregular entre ciclos.
Síntomas digestivos y urinarios:
- Hinchazón abdominal («endovientre»).
- Estreñimiento o diarrea cíclicos.
- Micción frecuente o dificultad para vaciar la vejiga.
Otros síntomas :
- Fatiga crónica y falta de energía.
- Depresión, ansiedad.
- Infertilidad o dificultad para concebir.
- Dolor lumbar o en las piernas (cuando afecta a nervios vecinos).

Diagnóstico
Como ya se ha dicho, pueden pasar hasta 10 años hasta que se diagnostica la endometriosis desde la aparición de los primeros síntomas, que suelen aparecer tras el primer periodo menstrual.
Uno de los principales retos para detectarla es la gran variedad de síntomas, que pueden diferir considerablemente entre pacientes. Además, la falta de formación específica de algunos profesionales sanitarios contribuye a un diagnóstico erróneo. Síntomas comunes como la hinchazón abdominal o el estreñimiento pueden confundirse con trastornos digestivos, lo que retrasa la identificación de la enfermedad.
Otro obstáculo clave -y para mí, uno de los más preocupantes- es la falta de empatía hacia los pacientes. Es esencial que el personal sanitario aprenda a escuchar sin prejuicios, a hacer las preguntas adecuadas y a reconocer patrones sintomáticos que apunten hacia un diagnóstico más preciso. Sobre todo, es vital validar el dolor y el sufrimiento de las mujeres que acuden a consulta, evitando minimizar sus síntomas o descartarlos como «normales».

Tratamientos disponibles
El objetivo principal del tratamiento es detener la progresión de las lesiones y aliviar el dolor. Existen dos tipos de tratamiento:
- Primera línea: Son los tratamientos iniciales de la enfermedad. En este grupo se incluyen los analgésicos para el tratamiento del dolor y los anticonceptivos hormonales, que ayudan a controlar el crecimiento del tejido endometrial.
- Segunda línea: Estos tratamientos se utilizan cuando los de primera línea no son eficaces o no pueden administrarse debido a contraindicaciones o alergias. Incluyen opioides, agonistas de la GnRH y antagonistas de la GnRH, que actúan reduciendo los niveles de estrógenos para limitar la progresión de la enfermedad.
Los procedimientos quirúrgicos varían según el tipo de endometriosis presente (adenomiosis, peritoneal, ovárica o nodular). En algunos casos, la cirugía puede ser una opción para eliminar las lesiones y mejorar la calidad de vida de la paciente.
El papel de la alimentación
Es importante señalar que no existe una «dieta especial» para la endometriosis (si alguien intenta venderte algo así, es puro marketing). Dado que los síntomas varían enormemente de una mujer a otra, las recomendaciones nutricionales deben adaptarse a cada individuo. Por eso la clave de la terapia dietética en el tratamiento de la endometriosis reside en la personalización.
El objetivo del tratamiento dietético es mejorar la calidad de vida de la mujer y reducir el dolor en la medida de lo posible, pero nunca puede curar la enfermedad.
Dado que la endometriosis es una patología inflamatoria y hormonodependiente (vinculada al hiperestrogenismo), la estrategia nutricional se centrará en modular la inflamación y apoyar el equilibrio hormonal, para reducir los niveles de estrógenos.

Las prostaglandinas son sustancias derivadas de los ácidos grasos que actúan como mensajeros químicos en diversas funciones corporales, como la inflamación, la respuesta inmunitaria y el equilibrio hormonal.
Existen distintos tipos de prostaglandinas, pero en general :
- PGE1: Tiene un efecto antiinflamatorio y ayuda a mejorar la circulación. Se obtiene del ácido gamma-linolénico (GLA), que se encuentra en el aceite de onagra, la borraja, las semillas de cáñamo y los frutos secos.
- PGE2: Es proinflamatoria, aumenta el dolor y favorece las contracciones uterinas. Se produce a partir del ácido araquidónico (AA), que se encuentra en las carnes rojas, los embutidos, los productos lácteos enteros y los aceites refinados. Además, la producción excesiva de PGE2 puede verse favorecida por el estrés crónico y una dieta pobre en omega-3, lo que subraya la importancia de un enfoque nutricional adecuado.
- PGE3: Tiene un efecto moderadamente antiinflamatorio y ayuda a contrarrestar la acción de la PGE2. Se forma a partir del ácido eicosapentaenoico (EPA), que se encuentra en el pescado azul, la chía, el lino y las nueces.
Dieta antiinflamatoria :
En cuanto a la inflamación, las recomendaciones nutricionales para la endometriosis siguen principios similares a los de otras enfermedades inflamatorias sistémicas.
Es aconsejable evitar o reducir en la medida de lo posible :
- Alcohol y tabaco: No sólo tienen un efecto proinflamatorio, sino que también alteran el equilibrio hormonal. El alcohol, en particular, interfiere en la descomposición de los estrógenos, aumentando su concentración en el organismo y favoreciendo así la inflamación
. - Consumo de azúcares, harinas blancas y alimentos ultraprocesados: favorecen la producción de prostaglandinas de tipo 2 (PGE2), moléculas clave en los procesos inflamatorios y dolorosos. Además, la carne roja, los embutidos y los productos lácteos enteros contienen ácido araquidónico (AA), precursor de la PGE2, que puede agravar la respuesta inflamatoria. Además, los aceites vegetales refinados (soja, girasol, maíz), presentes en muchos productos ultraprocesados, contribuyen a desequilibrar la producción de prostaglandinas, exacerbando la inflamación.
Si la histamina agrava los síntomas de la endometriosis, podría ser útil considerar una dieta baja en histaminas ya que en presencia de hiperestrogenismo aumenta su liberación (más estrógenos = más histamina). Además, el útero es especialmente sensible a la histamina, lo que puede intensificar los síntomas. Según el caso, la evaluación de una dieta baja en histamina podría ser una estrategia útil para reducir las molestias y mejorar la calidad de vida.
Reducción de los niveles de estrógenos :
Para regular los niveles de estrógenos y reducir su impacto en la endometriosis, es esencial incluir ciertos alimentos en la dieta y controlar los factores hormonales clave.
- Crucíferas: Incluye alimentos como la coliflor, el brocoli y las coles de Bruselas, que tienen propiedades antiinflamatorias y ayudan a eliminar los estrógenos del organismo.
- Inhibidores naturales de la aromatasa: La aromatasa es la enzima responsable de convertir los andrógenos en estrógenos. Ciertos compuestos naturales ayudan a inhibir su acción, como :
- Polifenoles: Se encuentran en los frutos rojos, las nueces y los cacahuetes.
- Resveratrol: Se encuentra en las uvas y los frutos rojos.
- Quercetina: Abundante en cebollas, manzanas y frutos rojos.
- Flavonoides: Se encuentran en las cebollas, los espárragos, la col y las alcachofas.
- Lignanos: Se encuentran en los cereales integrales y en las semillas de lino.
- Esteroles: Se encuentran en el aceite de oliva y las legumbres.
Mantener niveles adecuados de progesterona es esencial para evitar un exceso de estrógenos, ya que su reducción puede contribuir a un estado de hiperestrogenismo. Para fomentar su producción, recomendamos :
- Garantizar unos niveles adecuados de colesterol: El colesterol es el precursor de las hormonas sexuales, por lo que es importante mantener un equilibrio sin restringir excesivamente las grasas saludables.
- Aumenta tu ingesta de vitaminas del grupo B, en particular la B6, que se encuentra en los plátanos, las legumbres y los cereales integrales
- Incluye antioxidantes: Ayudan a reducir el daño oxidativo y la inflamación asociados al exceso de estrógenos.
- Controlar el estrés: El estrés crónico puede afectar a la producción de progesterona, favoreciendo el desequilibrio hormonal.

Otros factores
Disruptores endocrinos :
Dado que la endometriosis afecta al sistema inmunitario, hormonal y endocrino, es esencial reducir al mínimo la exposición a toxinas que puedan interferir con los estrógenos y agravar el desequilibrio hormonal.
Algunos consejos sobre la dieta:
- Da prioridad a los envases de vidrio frente a las latas (pescado, legumbres, verduras), ya que estas últimas pueden contener bisfenol A (BPA), un compuesto químico que puede migrar a los alimentos.
- Evita los alimentos envueltos en film de policloruro de vinilo (PVC), ya que estos materiales pueden liberar sustancias que alteran el equilibrio hormonal.
- Opta por materiales seguros como el vidrio o la cerámica para las botellas, los botes herméticos y los utensilios de cocina.
- Lava y desinfecta la fruta y la verdura antes de comerlas para reducir la presencia de pesticidas y otras sustancias químicas.
- Comprueba el estado de los utensilios de cocina (sartenes, cacerolas, utensilios) y evita los que tengan el revestimiento dañado y puedan liberar sustancias nocivas.
Enfermedades autoinmunes :
Las mujeres con endometriosis tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes como el lupus, la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide y la enfermedad celíaca. Sin embargo, aún no está claro si estas enfermedades predisponen a la endometriosis o si es la propia endometriosis la que aumenta el riesgo de desarrollarlas.
Sobrepeso :
Contrariamente a la creencia popular, una cantidad adecuada de grasa corporal es esencial para la producción de hormonas sexuales. Sin embargo, el exceso de grasa aumenta los niveles de estrógeno, y los niveles elevados de estrógeno fomentan la acumulación de grasa, creando un círculo vicioso. La clave para romper este ciclo reside en una dieta adecuada y un estilo de vida saludable, que ayudarán a equilibrar el metabolismo hormonal.
Ejercicio físico :
El ejercicio físico puede ser un gran aliado en el tratamiento de la endometriosis, siempre que se adapte a las necesidades y limitaciones de cada mujer. La actividad física tiene muchos beneficios:
- Reducción de la inflamación: El movimiento ayuda a reducir los niveles de cortisol y a mejorar la circulación, reduciendo así la inflamación crónica.
- Equilibrar los niveles de estrógenos: El ejercicio ayuda a eliminar el exceso de estrógenos, evitando que se acumulen y empeoren los síntomas.
- Alivio del dolor: El ejercicio estimula la liberación de endorfinas, que tienen un efecto analgésico natural y pueden ayudar a reducir el dolor.
- Mejora de la salud intestinal: Un intestino sano contribuye a eliminar mejor los estrógenos y las toxinas.
- Mejora de la salud mental: El ejercicio reduce la ansiedad y el estrés, factores que pueden agravar los síntomas de la endometriosis.
El tipo de ejercicio físico recomendado dependerá de cada mujer (sus gustos, tiempo, instalaciones disponibles, dolor, etc.). ¡Toda actividad física cuenta!
✔ Ejercicio de intensidad baja a moderada: yoga, pilates, natación o caminar pueden ser ideales para reducir la inflamación y mejorar la flexibilidad.
✔ Entrenamiento de fuerza: Favorece el equilibrio hormonal y la salud metabólica.
✔ Ejercicios de movilidad y respiración: Ayudan a aliviar la tensión y a mejorar la función pélvica.
Escuchar a tu cuerpo es esencial. Los días en que el dolor o la fatiga sean más intensos, es aconsejable optar por movimientos suaves o por el reposo activo.
Conclusión
La endometriosis es una enfermedad compleja en la que intervienen factores hormonales, inmunológicos y metabólicos, y que afecta a la calidad de vida de muchas mujeres. El diagnóstico puede retrasarse, y los síntomas varían desde dolor pélvico crónico a problemas digestivos y fatiga. La dieta y el estilo de vida desempeñan un papel clave en el control de la inflamación, el equilibrio hormonal y el bienestar general.
Si padeces endometriosis y te gustaría mejorar tu calidad de vida mediante una alimentación y unos hábitos adecuados, estaré encantada de ayudarte en este proceso. Juntos podemos desarrollar una estrategia adaptada a tus necesidades.
¡Pide cita y da el primer paso hacia tu bienestar!